miércoles, 21 de septiembre de 2011

Día 7: Home, sweet home

El viaje de NY a Chicago lo completé sola, cruzando los dedos para no dormirme después de tres días sin pegar ojo y echando mano de los cafés. Mis hostpapis me vinieron a recoger al aeropuerto. Fue subir las escaleras mecánicas y encontrarme a dos sonrisas de oreja a oreja con un cartel de "Welcome Mairea" y dos globitos de bienvenida (más tarde aprendería que aquí usan globos para todo, pero todo de todo).

Antes de nada, repaso familiar:
Hostpapi: Matt
Hostmami: Lynda
Hostsister: Sara
Hostbrother: Ryan
Una vez aclarado esto, continúo con la historia. El caso es que estaban empeñados en que, como el colegio había empezado el día 23 y era 25, lo mejor era ir directa para conocer a al menos dos de mis profesores. Así que nada, dejamos las maletas en casa y volvimos a montarnos en el coche (que raaaaaro) para ir al Stevenson. Una vez allí, me reuní con mi councillor Sarah Kellogg, que me do una lista con mis clases, profesores, y aulas; y con mi hostsis, que me llevó de paseo por las instalaciones guiándome por mis clases. Lo de guía es un decir, porque el caso es que ella siempre ha tenido todas sus clases en el otro edificio (hay dos, Este y Oeste, nuevo y viejo- el mío es el Oeste) y no tenía ni idea de por dónde estábamos llendo, y yo con el empanamiento que llevaba encima pues me dedicaba a seguirla en plan atontada. Pero bueno, gracias a la magnífica idea de que las clases están numeradas, supo encontrar el camino. Yo todavía no entiendo como funciona el rollo ese de los números, imagino que al final lo pillaré (espero). La coña es que luego tuvimos que ir a hacerme el dichoso student ID, que aqui te sirve para todo, y me dijeron con todos majos: ala, ahora siéntate ahí que te vamos a sacar una foto. Espera, FOTO?Llevaba tres días sin dormir sobrevieviendo a base del poder de la cafeína. Acababa de aterrizar desde NY, me había recorrido medio colegio, que no es bromita, y pretendían sacarme una foto? Imaginaros mi cara, yo creo que es mejor que la del DNI español, que ya es decir. También me asignaron una taquilla, que tuvo que abrir Sara porque yo no soy capaz, me parece que me voy a tener que buscar a alguien para que me la abra todos los días jesjes. En fin, que ese día fui a Precalc y a Acting, y luego a dormir a casa(lo necesitaba).
Al día siguiente tocó día entero en clase, presentaciones, repetir mi nombre 82374 veces y recogida de múltiples y atrasados deberes (aquí se deben de creer que soy como superwoman, porque yo esto no lo hago en España ni en un mes) y eso. Ah, y me llevé una gran decepción: no cantan en el bus amarillo! Yo les he dicho que algún día lo harán solo por mí, porque jo, me hace ilu.
Por la tarde tocó reunión con los exchange students: barbacoa, sleepover (separados chicos y chicas) y al día siguiente Six Flags Great América. Me llevé una gran sorpresa al ver a Marcelo (chaval de Vigo, vino conmigo a Inglaterra el año pasado) y conocí a una española más: Inés, majísima ella. Simpre es agradable poder presentarte a alguien y darle dos besos. La mayor parte del grupo son alemanes (son una plagaaaa) pero también hay una brasileña, una tailandesa, una rusa, uno checo, uno polaco, una sueca y de otras distintas zonas de este mundo-pañuelo.
En el parque de atracciones se nos unieron diversos hostsis y hostbros y la verdad me lo pasé impresionante, eso sí, acabé empapaaada para comer. Pero bueno, con el calor que hacía era de agradecer.

















sábado, 10 de septiembre de 2011

Día 3: Empire State of Mind
Antes de nada, sé que no es mi tercer día aquí. Es solamente que no me apetece soltar una inmensa parrafada y he decidido dividir mis dos primeras semanas en partes, que iré actualizando poco a poco y es que no tengo apenas tiempo para nada. Vayamos al grano pues.


Impresionante, simplemente impresionante. Salir del Planet Hollywood sabiendo que Paul Newman pudo pisar dónde tú pisas para encontrate con un Times Square nocturno con "New York, New York" de Frank Sinatra de fondo, no tiene precio.
Empecemos desde el principio. A las siete de la mañana de un martes día veintitrés mis manos decían adiós a través de la ventanilla de un avión a un Vigo que atrás quedaba. A las 8 y media aterricé en Madrid y, después de perderme UNA SOLA VEZ, puedo estar orgullosa, llegué al punto de encuentro con los demás chicos y chicas de FSL. Gente muy maja, por cierto, les cogí más cariño en tres días que a muchos en 10 años. En fin, que gracias al amplio intervalo de tiempo entre vuelo y vuelo, nos pasamos el día corriendo de terminal en terminal, y a puntito estuvimos de perder el vuelo en Londres.
Llegamos a Newark agotados y nos fuimos directos al hotel, donde cenamos por tercera vez en el día y descubrimos la piscina del hotel, la cual nunca llegaríamos a tocar. Después de las rutinarias rondas nocturnas, nos juntamos todos los españoles en una habitación para pasar el rato.
Al día siguiente tocó día en NYC: ruta en bus, vuelta a la estatua de la libertad en barco desde el puerto de Manhattan, Empire State y Times Square. Es más o menos el resumen del día, y me bastó para enamorarme de la ciudad. Esa noche tampoco dormimos, entre que unos cogían el avión a las dos y media y otros a las cinco (yo era de esas), nos volvimos a juntar en una habitación y nos dedicamos a matar el tiempo. Todavía recuerdo las vueltas incesantes para encontrar leche de habitación en habitación que poner en nuestros cafés recién hechos.