martes, 23 de agosto de 2011

Día -1: Don´t look back

Quién me viera ahora pensaría que soy ridícula. Rodeada de maletas escribiendo en un ordenador, llorando con una guitarra en el regazo. Una guitarra que a cada nota que desprende lanza a la vez un momento, un recuerdo de mi pasado aquí. Y es que creo que todavía no me hago a la idea de que en diez meses no volveré a ver vuestras caras, a escuchar vuestras risas. Añoros de abrazos que hoy se han repetido una vez más y que retendré en mi interior hasta que vuelva. Me llevo conmigo una pequeña parte de todos vosotros, y que sepáis que yo tampoco me voy completa. Precisamente porque parte de mí se quedará aquí. Tienen nombres y rostros, son personas increíbles que tengo la suerte de poder llamar mi gente.
Mi abuela solía preguntarme de pequeña que era lo que más desearía tener en este mundo. Mi respuesta variaba con los años, nunca definitiva, cambiaba según mi estado de ánimo o mi interés. Ahora lo tengo claro. Sois vosotros mismos. Tengo la inmensa suerte de poder decir que tengo los mejores amigos del mundo. Son capaces de prepararme una fiesta sorpresa antes de irme sin que me entere de nada, de llevarme allí y aparecer con tiendas de campaña en un jardín cargando con una pancarta. Insisten en venirme a despedir al aeropuerto aunque salga a primera hora de la mañana, me hacen reir, me conocen como nadie. Me quieren por ser tal y cómo soy, sin tapujos, sin velos. Me despiden en mi último día con un simple hasta mañana.

Y es que sois únicos, y yo os quiero así, con vuestras sobradas, vuestros desvaríos, vuestras torpezas, vuestros defectos, miraditas, borderías y cariñosas palabras de desprecio. Insustituíbles.
No me puedo entretener más, me esperan horas y horas de vuelo. Sólo daros las gracias por todo y deciros que cada día me acordaré de vosotros.
PD: A las cinco en la farola no? Os quiero.




Part of where I´m going is knowing where I´m coming from

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